Zapatos icónicos: El Campari de Manolo Blahnik
The Shoe Hunter
¿Sabías qué…?
Los zapatos que más calzaron las protagonistas de Sexo en Nueva York (durante las seis temporadas que duró la serie) fueron de Manolo Blahnik.
¿Y por qué os cuento esto? Pues porque es inevitable hablar del célebre zapatero sin hablar de Carrie Bradshaw.
Hay una escena especialmente significativa en esta historia de amor: Carrie visita las oficinas de Vogue y tiene la suerte de llegar hasta el armario donde se almacena todo. Lo de llamarlo armario es una forma bastante genérica de hablar, porque dónde en realidad llega la neoyorquina es a una sucesión de salas en las que le asaltan una orgía de zapatos y bolsos de colores que brillan como caramelitos. Ella les ignora y se acerca despacio a un modelo negro, un sencillo zapato con un poco de punta, mucho tacón y una elegante pulserita. Dice algo así como “¡Oh dios mío!, ¿sabes lo qué es esto? ¡Son los mary janes de Manolo Blahnik, un mito de los zapatos!”
La simple frase les catapultó a la fama.
El modelo por el que suspira Carrie tiene nombre propio, Campari, un objeto de deseo por el que las fashionistas estaban dispuestas a soportar interminables listas de espera y que, todavía hoy (más de diez años después), se sigue fabricando y vendiendo. Algo de lo que muy pocos zapateros pueden presumir.
Implicado en todo el proceso de creación de sus zapatos, Manolo realiza los bocetos (¡oh, esos bocetos!), diseña los prototipos, se encarga de esculpir los moldes en madera y de supervisar después toda la producción. Sin haber recibido ningún curso formal (nunca acudió a ninguna escuela de diseño), se convirtió en un mito y en uno de los mejores creadores. Alguna vez ha reconocido que sus conocimientos en el arte de crear zapatos derivan sólo de un buen gusto innato (olé, sólo a alguien como él le permitimos decir algo así).
Muchos años de experiencia, de ensayo-error, le han llevado a aprender la fórmula clave para el éxito de su firma: zapatos con un diseño atractivo, pero lo suficientemente clásicos para que duren para siempre, como los Campari.
¡Tan icónico es el modelo que el año pasado se convirtió en una joya de la mano de Tous!
PD. Y hoy, con un zapato tan significativo, me complace anunciaros una nueva colaboración: la ilustración que abre este post la ha preparado para nosotros (con muuucho cariño) Ana Jarén, Labaribaruska. Sus preciosos dibujos nos van a acompañar en los próximos meses para ayudarme a presentaros los zapatos más especiales.
